LuismNieves
“GRITOS de CATEDRAL”
Comunicaciones
Luis Nieves Sánchez
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Memorial a la Primera Iglesia de Puerto Rico |
Palabra y Obra Viva en Borinquen |
Católica, Apostólica y Puertorriqueña |
ENVIDIA
Qué muchas bendiciones tenemos. Por más desdichado y olvidado que te sientas. Dios te ha colmado de muchas cosas lindas. Las conozcas ó no. En tu persona, en tu familia, en tu hogar, en tu oficio, en tu Iglesia y en tu comunidad. Tu interacción con parejas, hijos, familiares, compañeros, amigos, feligreses y vecinos te pueden brindar mucho amor, cariño, ayudas, oraciones y felicidades que te hacen más bonito el diario vivir. Gozamos de una naturaleza preciosa y un clima agradable. Casi todos tenemos techo de una forma u otra. Muy pocos se mueren de hambre y tenemos salud. No me digas que tienes la presión alta, o que te duele esto o lo otro. Aparte de algunos con enfermedades serias, en la gran mayoría estamos bien. Dios nos dió unas facultades para sentir amor, placer y satisfacción que junto con nuestra creatividad humana nos hace capaces de tanta obra linda, tantas palabras de aprecio, tantos pensamientos buenos, y tanta preciosa oración. También tenemos unos rasgos humanos, que sin controlar te pueden envenenar. La codicia es algo, más o menos normal. Vés un carro lindo, una muchacha, un chico, una casa, un plato de comida y lo anhelas. Te gustaría tenerlo. Es normal querer tener algo lindo. ¿Y porqué nó? Algunas cosas nos placen, para eso nos esforzamos y trabajamos duro. Vés un buen trabajo y lo admiras. Quizas te dé con aprender cómo lo hicieron, mejorándote. Ahora si esa codicia se convierte en maldad, traicionas a tu Dios y te traicionas tu mismo. Si tu fragilidad humana no resiste ver que otro tenga cierto artículo, que anhelas. Si tus inseguridades te hacen temblar al ver a otro hacer un buen trabajo. Si tu autoestima sufre una desgracia al ver a alguien más fotogénico que tú. Tu sí que tienes problemas. No sólo te degradas tú, degradas a tu creador. De verdad que crees que aquel es mejor que tú. ¿Crees que nuestro Señor misericordioso le otorga más felicidad a uno que otro? ¿Qué sabes? Todos tenemos la copa llena. No tienes idea lo que pueda estar pasando esa otra persona. Quizas para algunas cosas es un genio pero para otras es ignorante. Todos tenemos nuestras cualidades, nuestras destrezas, nuestras bellezas y nuestras desdichas. Todo el mundo tiene su temporada. Quizás ves a alguien bien ahora. Pero tu no sabes que prueba le toque en el futuro. Como dicen "hay que caminar en sus zapatos", para de verdad saber lo que hay. Dios no nos hace mejores ó peores. Somos todos hijos iguales de nuestro Señor Jesucristo. Nos hace y nos tolera diferentes. ¿Imáginate todos iguales? Qué lindo, cada uno de nosotros con su historia y su vida única. Glorioso sí. Parece que nó. ¿Cuántas veces calumnias en el trabajo al que te molesta, del que crees una amenaza? ¿Cuantas veces has tratado mal a alguien por su apariencia? ¿Prefieres enamorar la mujer del amigo, en vez de buscarte una? No me digas que nunca has sentido un poco de envidia al ver la presunta dicha de otros. Siempre lo ajeno apetece. Sólo tienes que ir a las oficinas, negocios, Iglesias y reuniones familiares para ver los bochinches y el cuchicheo que se forma. Puede llegar al extremo de herir personas y sabotear empresas. Herir más que con un cuchillo o una pistola. Si en verdad te molesta la actitud de alguien, te amenaza la eficiencia de otros, te prende que aquella esté feliz, que tenga el hogar o marido que deseas, que se vea mejor, que tenga mejor carro. Hazte algo. No te muerdas por el resto de tu vida. Si quieres ser mejor en el trabajo, aprende, esfuérzate. Si las ansias te llegan por las apariencias, arréglate, ejercítate, cuídate. Si lo material te es tan importante. Busca la manera de conseguirlo. Lucha, trabaja, ahorra, mejórate. Si las actitudes de tu familia y tus compañeros te molestan, estudia bien el problema, y trata de suavizar los ánimos. Quizás tu piel de cebolla, no resiste las críticas, aunque sean constructivas. No codicies la vida de otros, detrás de las fachadas pueden ser un infierno que no desees nunca. Pero si quieres vivir sin luchar, si quieres trabajar sin esforzarte, si quieres amar sin compromiso, si piensas querer sin contratiempos, si quieres sobresalir sin ánimo, si quieres criar sin responsabilidades,y si quieres los frutos de la vida sin ganartelos, estarás viviendo una vida donde te llegará exactamente lo que debe llegarte. ¿Qué te crees? Crees que por aparecerte te tengan que rendir tributo. Que por vivir te merezcas alguna corona. Dime qué tan grande has hecho que te de el derecho de herir y calumniar por sentirte incómodo o inseguro. Dios nos dijo "ayudate que yo te ayudaré". Tu tienes la capacidad de hacer lo que quieras. Tú también eres capaz de tener momentos lindos. Si te crees que la presunta felicidad, las destrezas, las propiedades o la belleza te llegan más tarde que a otros, no te engañes. Siempre hay una razón para todo. Sigue luchando, por ese camino que Cristo y tú han trazado. Vive su palabra y ten resignación en su proceder. Notarás que las envidias, las frustraciones y las amarguras se convierten en una obra de amor y tolerancia. Apenderás a tener más responsabilidad de tu situación y de tus deberes en la oficina o en el hogar. Echarás a un lado la cizaña y la mala fé que te tienen envenenado y ayudarás en vez de destruir. Si vez a alguien feliz, dale gracias a Dios que ellos lo han conseguido, no sabes cuánto le durará y que les toque en el mañana. Solamente tu relación con Cristo Jesús te dará la paz y la paciencia necesaria para genuinamente vivir, no solo existir. Luis Nieves Sánchez, SSN. |