LuismNieves
“GRITOS de CATEDRAL”
Comunicaciones
Luis Nieves Sánchez
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Memorial a la Primera Iglesia de Puerto Rico |
Palabra y Obra Viva en Borinquen |
Católica, Apostólica y Puertorriqueña |
BALANCE La guerra entre el bien y el mal se viene librando desde el comienzo del hombre. El hombre, sus familias, sus tribus, y sus gobiernos han hecho de todo en la historia. Por una causa que otra, han podido hacer cosas maravillosas, como han hecho estragos de pueblos completos. A veces en el nombre de Dios han hecho verdaderos milagros, como han cometido barbaridades. Cómo dicen, "nadie es perfecto". Pero si miras objetivamente, el hombre ha sido más o menos una especie egoísta. Se han hecho riquezas pero siempre a costa de otros o del planeta. Se ha extendido territorios e imperios, pero siempre a costa de los indígenas o inocentes. Por mejor voluntad que tenga la persona común, las organizaciones, gobiernos y líderes del comercio ponen sus mejores intereses al frente. Es un hecho. Ni pienses que las leyes, proyectos y oportunidades mercantiles están al alcance del ciudadano común. Y si piensas que fue hecho pensando en tí, estás soñando. Antes de que se anuncie cualquier obra o ley nueva, ya existen los que se van a beneficiar. ¿Porqué crees que apareció la ley? Por sus contactos y posición supieron de antemano y se prepararon. Especialmente en Puerto Rico. Como dicen. "Sin padrino no te bautizas." Si no me crees, vé a una oficina del gobierno y trata de buscar un permiso. Vé al banco para empezar un pequeño negocio. Las trabas te asombrarán. Fíjate. Ahora, aparece Walgreens para montar una farmacia y los permisos y dinero aparecen como por arte de magia. Para hacer dinero, hay que tenerlo. Y si esperas que el gobierno algún día te alivie las penas, ponte a esperar. Recuerda que están compuestos por esos mismos poderosos individuos. Nosotros, los humildes seguimos bregando con el sistema. No hay más nada. Aquí es donde vivimos. Con ésto es lo que tenemos que bregar. Ahora dentro de nuestro quehaceres también podemos hacer cosas espléndidas, como podemos hacer verdadero daño. No se te puede culpar por la corrupción o directrices del gobierno. Pero sí, tienes responsabilidad personal por la forma en que tú llevas tu vida. No te digo que andes por ahí besando a todos, ni dejen que te cogan de abuso. Pero es monumental y de vital importancia que la dulzura y cariño que aprendes de la Palabra de Jesús, la lleves a todos con quien te encuentres. En lo íntimo, en los negocios, con la familia, en el gobierno y en la Iglesia. Las cosas bellas que te exige nuestro Salvador, son para hacer ahora, hoy, immediatamente. ¿Qué esperas? ¿Que baje un rayo desde los cielos? Tú puedes hacerlo. Busca un balance. Un término medio donde puedes vivir, competir, luchar y triunfar, pero con Cristo en tu corazón. Es un aliciente para el trabajo. Una grasa que mantiene tu vida corriendo en paz. Ser cristiano no quiere decir ser zángano. Puedes triunfar en los negocios, en tu profesión, con tu familia, en los deportes, en la cocina y en el gobierno. Pero si incluyes a Cristo en tu vida, el provecho se multiplica. Tus hijos aprenderán no sólo como hacer dinero, sino como vivir. Tu familia no sólo gozarán de los frutos de tu trabajo, gozarán más de tus enseñanzas y de tu ejemplo. En tu trabajo, tu disposición y gentileza ganarán amigos, no sólo clientes. Y si Dios quiere y llegas a una posición donde puedas hacer una diferencia en tu comunidad o en tu país, sabemos que la compasión por tu hermano te guiará. El momento es ahora. Sólo tu sabes lo que vas hacer. Pero recuerda Cristo sabe de lo que eres capaz. No te vendas. Vive dentro de la ley. Cría tus hijos en ésta sociedad. Busca el sustento honradamente. Pero recuerda sin no hay un balance en tu vida, te puedes estancar en lo mundano y tu existencia, familia y futuro serán privados de la Gloria de Dios. No te engañes. La única autoridad máxima es Jesús. De él depende tu felicidad y la de otros. No necesitas permisos, ni conecciones, ni banderas. Aquí sólo falta la paz de Dios. Al César lo del César. Pero tu alma es de Dios. Luis Nieves Sánchez, SSN. |
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